Galeano patas arriba pdf


















Muy raras veces se rom pe la regla de la im punidad; m uy raras veces se rom pe el silencio. Ocho m urieron. Un m ilagro. En el siglo t rece, el poder hablaba sin pelos en la lengua; ahora, la t ort ura se hace pero no se dice. El poder evit a las m alas palabras. Si se com para, el infierno del Dant e parece cosa de Disney. El m ism o sist em a de poder que fabrica la pobreza es el que declara la guerra sin cuart el a los desesperados que genera.

Los problem as sociales se han reducido a problem as policiales, y hay un clam or crecient e por la pena de m uert e. Muriendo, se aprende. Pero los discursos oficiales invocan la ley com o si la ley rigiera para t odos, y no solam ent e para los infelices que no pueden eludirla.

La hora de la verdad: zapat ero a t us zapat os. Cuando llega el carnaval, de esos m orros baj an las reinas y los reyes de piel negra: pelucas de blancos rulos, collares de luces, m ant os de seda. El adolescent e carenciado t rat a de encont rar en ot ras sub- cult uras hippie, del delit o, et c. La sociedad de consum o consum e fugacidades.

La ley del m ercado los expulsa, por superabundancia de m ano de obra barat a. El m undo los invit a a desaparecer, les dice: «Ust edes no exist en, porque no m erecen exist ir». Cinco m uchachos de buena fam ilia, que andaban de parranda, lo rociaron con alcohol y le prendieron fuego. Bat ist a, Nilo, «Fragm ent os de un discurso sedicioso».

Chevigny, Paul, «Edge of t he Knife. Police violence in t he Am ericas». Nueva York, The New Press, Plat t , Ant hony M. The invent ion of delinquency». Universit y of Chicago, Van Dij k, Jan J. Universidad de Leyden, Minist erios de Just icia de Holanda, Vent ura, Zuenir, «Cidade part ida».

San Pablo, Com panhia das Let ras, Una dem anda firm e sost iene el negocio. Hay t res m il en Colom bia. Mot ivos no le falt an para hinchar el pecho de orgullo: hay docient os t reint a m illones de arm as de fuego en m anos de los ciudadanos. La em presa Securit y Passions, cuyo nom bre baut iza bien las pasiones del fin de siglo, ha lanzado recient em ent e al m ercado una elegant e chaquet a que at rae las m iradas y rechaza las balas.

Los suburbios ricos suelen no est ar dem asiado lej os de los arrabales que los abast ecen de m ucam as, j ardineros y guardianes. En los espacios del desam paro, acecha la bronca de los que com en salt eado. En los espacios del privilegio, los ricos viven en arrest o dom iciliario. Yo, ni loco.

Se alzan m icrociudades en las afueras de las grandes ciudades. Pero el m ercado int erno es la base del negocio. Se ofrece Est os son algunos de los anuncios publicados, en abril de , por la revist a nort eam ericana Correct ions Today.

Fuent es consult adas Bat es, Eric, «Privat e prisons». En The Nat ion, Nueva York, 5 de enero de An inside look at t he US prison indust ry». Maine, Com m on Courage, Christ ie, Nils, «La indust ria del cont rol del delit o.

Ent revist a en The New I nt ernat ionalist , Oxford, agost o de Foucault , Michel, «Vigilar y cast igar. I nform e publicado en The New I nt ernat ionalist , Oxford, agost o de I nform e publicado en La Maga, Buenos Aires, 13 de agost o de Marron, Kevin, «The slam m er: The crisis in Canadas prison syst em ».

Toront o, Doubleday, Morrison, Toni, ent revist a en Die Zeit , 12 de febrero de La delincuencia com o indust ria». Rusche, Georg, y Ot t o Kirchheim er, «Pena y est ruct ura social». Al m enos 69 personas recibieron sent encias de m uert e y fueron ej ecut adas». Nunca falt a alguna guerra o guerrit a para que se lleven a la boca los t elevident es consum idores de not icias. Pero nunca los inform adores inform an, ni los com ent arist as com ent an, nada que pueda ayudar a ent ender lo que pasa.

La Asam blea habla o calla; el Consej o hace o deshace. El result ado no t iene nada de sorprendent e. Los m iem bros perm anent es del Consej o de Seguridad gozan del derecho de hacer lo que se les cant e. En , le dieron el Prem io Nobel de la Paz. Hay t reint a y cinco m il arm as nucleares en el m undo.

Los Est ados Unidos poseen la m it ad, y la ot ra m it ad pert enece a Rusia y, en m enor m edida, a ot ras pot encias. Enem igo se busca. El nom bre const it uye un enigm a. Los Est ados Unidos no han sido invadidos por nadie, desde que los ingleses quem aron la ciudad de Washingt on en En el cine de t error, nunca se sabe. Pero ha de ser un solo deseo. El genio hizo una m ueca: - Lo lam ent o, am o, pero es un deseo im posible. Las m at erias prim as pesan poco o nada en el precio final.

Al fin y al cabo, de eso se t rat a. Se sat aniza al drogadict o y, sobre t odo, al drogadict o pobre, com o se sat aniza al pobre que roba, para absolver a la sociedad que los genera. Los presos por crack son casi t odos negros. Londres, Madrid, En Revist a Brasileira de Ciencias Crim inais, n. Del Olm o, Rosa, «La cara ocult a de la droga». Caracas, Nueva Sociedad, El conflict o de fin de siglo».

I nt ernat ional I nst it ut e for St rat egic St udies, «The m ilit ary balance», Oxford Universit y Press, Levine, Michael, «The big whit e lie. The CI A and t he cocaine, crack epidem ic: An undercover odyssey». Miller, Jerom e, «Search and dest roy: African- am erican m ales in t he crim inal j ust ice syst em ». Cam bridge Universit y Press, Nat ional I nst it ut e on Drug Abuse, «Nat ional household survey on drug abuse.

Populat ion est im at es», Washingt on, US Governm ent , En Drogas: m ej or hablar de ciert as cosas», varios aut ores. Reut er, Pet er, «The organizat ion of illegal m arket s. An econom ic analysis». US Depart m ent of Just ice, Washingt on, Schell, Jonat han, «The gift of t im e.

The case for abolishing nuclear weapons». En The Nat ion, Nueva York, 2, 9 de febrero de Wray, St ephan John, «The drug war and inform at ion warfare in Mexico». Tesis, Universidad de Texas, Aust in, agost o de Drug enforcem ent in Lat in Am erica». En Nacla, Nueva York, sept iem bre- oct ubre de Buena part e de ese opio ent raba en China de cont rabando. Tras los buques de guerra, iban los buques m ercant es cargados de opio. Ya era hora de poner fin a la t ozudez de los chinos.

No era t odo, pero algo era. A Suiza fueron a parar los dinerit os de los m ilit ares argent inos que se sacrificaron por la pat ria ej erciendo el t error desde Los uruguayos no est am os m uy seguros del hom enaj e. El Banco Am brosiano no era m arxist a. Muchos cam ellos pasaron por el oj o de esa aguj a. Bien se puede decir que t uvieron una carrera exit osa. Se necesit a ser un t raidor, y yo lo soy».

Los discursos elogian al t rabaj o, m ient ras los hechos m aldicen a los t rabaj adores. Nunca nadie ha devuelt o nada.

Los dos, uno t ras ot ro, recorrieron el m ism o cam ino: por am or al t ango, se fueron pero volvieron. Mient ras t ant o, conversaba, dist endido, con el periodist a. Los robos m ayores pert enecen al orden de los vicios acept ados por cost um bre. Mient ras se desprest igia la dem ocracia, se difunde la m oral del vale t odo: nadie t riunfa m eando agua bendit a.

El dos por cient o. Se cast iga abaj o lo que se recom pensa arriba. El robo chico es delit o cont ra la propiedad, el robo grande es derecho de los propiet arios. A veces, sant a Eduviges hace el m ilagro. Los gobiernos gobiernan cada vez m enos, y cada vez se sient e m enos represent ado por ellos el pueblo que los ha vot ado. La m ano com ercial del orden globalit ario roba lo que su m ano financiera prest a.

Ellos no t ienen la culpa. La iniciat iva no fue escuchada. Los ot ros siet e m ult im illonarios eran grandes especuladores. Las opciones, opt ions, ya no definen la libert ad de elegir, sino el derecho de com prar; los fut uros, fut ures, han dej ado de ser m ist erios, para convert irse en cont rat os. Los m ercados, m arket s, ya no son plazas bullangueras, sino pant allas de com put adoras. Los deport es populares m erecen respet o: cuat ro de cada diez nort eam ericanos part icipan de alguna m anera en el m ercado de valores.

Ellos quieren que m ult ipliquem os sus ganancias. El doct or Frankenst ein del capit alism o ha generado un m onst ruo que cam ina por su cuent a, y no hay quien lo pare. Es una suert e de est ado por encim a de los est ados, un poder invisible que a t odos gobierna, aunque ha sido elegido por nadie. Boff, Leonardo, «A nova era: a civilizao planet aria».

Vent anni di finanza e polit ica at t raverso la st oria del Banco Am brosiano». Rom a, Edizioni Associat e, Barcelona, I ndex, Greenberg, Michael, «Brit ish t rade and t he opening of China». Nueva York, Mont hly Review Press, Hawken, Paul, «The ecology of com m erce: A declarat ion of sust ainabilit y». Nueva York, Harper Business, Henwood, Doug, «Wall St reet ». Nueva York, Londres, Verso, Newsinger, John, «Brit ains opium wars». En Mont hly Review, Nueva York, oct ubre de Madrid, Tem as de Hoy, Ram onet , I gnacio, obra cit ada.

Quit o, El Conej o, Silj , Alessandro, «Malpaese». Soros, George, «The capit alist t hreat ». En The At lant ic Mont hly, febrero de Spiewak, Mart in, «Bast echend einfach». En Das Sonnt agsblat t , Ham burgo, 24 de febrero de Verbit sky, Horacio, «Robo para la Corona. Buenos Aires, Planet a, World Bank, obras cit adas. Ziegler, Jean, «La Suisse lave plus blanc». Mient ras caen los salarios y aum ent an los horarios, el m ercado laboral vom it a gent e.

Y el m iedo cunde: el t rabaj o o la nada. Ant e la lluvia de denuncias por fraude, los am igos le ofrecieron una cena de desagravio. Acuden las m ult it udes a im plorar t rabaj o al pat rono de los desem pleados. Ent re m ayo y oct ubre del 97, aparecieron nuevas fuent es de t rabaj o. Algunos desem pleados desfilaron m et idos dent ro de las bolsas negras de la basura: era la puest a en escena del dram a del t rabaj o en el m undo act ual.

Ent onces t rabaj an por un t iem po, al servicio de una agencia cont rat ist a. La diferencia era de cuat ro veces; ahora, de ocho. Se padece en t odas part es, y a t odos los niveles. Un plebiscit o propuso t rabaj ar m enos horas sin dism inuir los salarios, y los suizos vot aron en cont ra. El t iem po que no se t raduce en dinero, t iem po libre, t iem po de vida vivida por el placer de vivir y no por el deber de producir, genera m iedo.

Al fin y al cabo, eso nada t iene de nuevo. Hoy podem os hacer el doble de aut os con la m ism a cant idad de gent e. Pero aquel poder asust ado, el poder de ayer, es el poder que hoy por hoy asust a, para ser obedecido. El dinero y la gent e se cruzan en el cam ino.

El dinero viaj a sin aduanas ni problem as; lo reciben besos y flores y sones de t rom pet as. Si quiero com pet ir, t engo que recurrir a ellos. Es el m undo globalizado. Esos j uguet es se fabrican en Viet nam , donde las obreras t rabaj an diez horas seguidas, en galpones cerrados a cal y cant o, a cam bio de ochent a cent avos. De eso se encarga, solit a, la m iseria que padece la m ayor part e del planet a.

Las m ej ores condiciones para las em presas son las peores condiciones para el nivel de salarios, la seguridad en el t rabaj o y la salud de la t ierra y de la gent e.

Pero algunos pueden navegar m ej or que ot ros. Si no se port an bien, dicen las em presas, nos vam os a Filipinas, o a Tailandia, o a I ndonesia, o a China, o a Mart e. Vino la huelga. A fines del 95, las t iendas GAP anunciaron que se m archaban al Asia.

El sect or inform al, que t raducido significa t rabaj o al m argen de la ley, ofrece 85 de cada cien nuevos em pleos. Al alba, sale a recorrer las calles de la ciudad de Quit o en un viej o Chevrolet que hace de t axi. Eran m uchachos condenados a ser delincuent es, m endigos o put as. Fueron al m inist erio, y nada. Exportar en PDF. Justification in the curriculum, relation to other subjects and to the profession. Author Isabel Allende , who said her copy of Galeano's book was one of the few items with which she fled Chile in after the military coup of Augusto Pinochet , called Open Veins of Latin America , "a mixture of meticulous detail, political conviction, poetic flair, and good storytelling.

In he married his first wife, Silvia Brando, and in , having divorced, he remarried to Graciela Berro. In , a military coup took power in Uruguay; Galeano was imprisoned and later was forced to flee, going into exile in Argentina where he founded the magazine Crisis. He fled again, this time to Spain, [ citation needed ] where he wrote his famous trilogy, Memoria del fuego Memory of Fire , described as "the most powerful literary indictment of colonialism in the Americas.

At the beginning of Galeano returned to Montevideo when democratization occurred. On February 10, , Galeano underwent a successful operation to treat lung cancer. President Barack Obama , who was making his first diplomatic visit to the region. Access options available:.

Lists with This Book. Sexism, raci In Classic Galeano style, wave after wave of facts supported by a healthy dose of passionate arguments, Patas arriba makes an effort to explain what is wrong with the world, how can be possible that evolved and civilized human beings passively tolerate the extremely unfair conditions of the current system and why, despite the absurd amount of negative effects the system has it continues to be viewed as the best choice in pretty much the whole world.

I picked this book up for a dollar at a used book sale, not really knowing what to expect. He is adept at using everyday reality—contradictions, violence, and absurdist extremes—to turn the reader onto radical ideas and new thought directions. Sep 22, Ezequiel L. It covers a wide range of topics: Galeano at his usual: Just a moment while we sign you in to your Goodreads account.

I feel like he and Naomi Klein could be friends; this work brings together ideas about so many different aspects of modern life economics, politics, food, culture and I appreciated his astute and uncompromising insights.

A great read for anyone who is a consumer or knows one. Not likely to see billboards at ALL in wealthy neighborhoods yet, they can afford it and most likely already have it. Sexism, raci In Classic Galeano jundo, wave after wave of facts supported by a healthy dose of passionate arguments, Patas arriba makes an effort to explain what is wrong with the world, how can be possible that evolved and civilized human beings passively tolerate the extremely unfair conditions of the current system and why, despite the absurd amount of negative ecuardo the system has it continues to be viewed as the best choice in pretty much the whole world.

Estoy empezando a considerar a Galeano como autor favorito. Works by Eduardo Galeano. Nothing really shocking for anyone willing to delve deeper below the surface. Eduardo Galeano was a Uruguayan journalist, writer and novelist. For example, Galeano references the relief that most feel every time a criminal is killed, therefore choosing security over justice. From Wikipedia, the free encyclopedia. In Upside DownGaleano makes a set of rhetorical and visual choices that expose the intentions of his book.

Really, where is the outrage over the dupes we have become? For this reason, reading it was a bit of a chore Pages to import images to Wikidata.



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